viernes, 18 de febrero de 2011

7 meses después...

Dedicatoria:
Para todos los que, aunque sea por una vez, me leyeron, ¡gracias!
Para la niña que dejó su torre, salió por la ventana y, sin querer, me regaló la melodía final, ¡gracias!
"Esperanza"(Con el Concierto para violín Op. 35 de Tchaikovsky, del film “Le Concert” de Radu Mihaileanu – Empezó mal, pero…)
-uno-
La pregunta fue inocente y la respuesta lo fue aún más… “Pienso casarme.” – dije. Las risas de la Sister Jeannette y de mis compañeros, no se hicieron esperar. Tenía doce años y en ese rato me di cuenta que en inglés, como dice el comercial, no es que las cosas suenen mejor, sino que pueden significar algo totalmente distinto a lo que uno quiere decir en español… La ‘Sis’ no se refería a mis planes futuros, sino hablaba de asuntos más cercanos y factibles; pero yo, definitivamente, entendí otra cosa… ¡Qué ‘roche’! (habría dicho ahora) y más todavía, pues ahí estaba “la Gladys” (ver post del mismo nombre) y aunque ella ya no me daba bola, me seguía gustando, ¡y mucho!… Debo reconocer que había verdad en mi respuesta, aún ahora me resulta complicado explicarlo, pero, mirando a Gladys, me imaginaba viviendo con ella una historia de amor, de esas que se dan en los cuentos de hadas, donde al final y, a pesar de todas las desgracias y los peripecias, el chico termina junto a su princesa en un “happily ever after”… Ciertamente, no sabía casi nada de la vida por entonces…

-dos-
Hoy vi “Tangled” y, sin pensarlo, terminé “enredado” en la fantasía de la historia de esta nueva Rapunzel que, según Disney, era una princesa encerrada en su torre a causa de su cabello mágico. Sin embargo, al cumplir los 18 años, decide hacer realidad su “sueño de ilusión” y escapa; fue curioso, me rendí a la peli, reí y disfruté como un niño toda la película (¡Sorry, Geri, a mí sí me gustó!). En pocas palabras, “Enredados”, la historia de la princesa cuyos 21 metros de cabellera tienen el poder de retroceder el tiempo y el de sanación (¡Atento, Padre Rodríguez!), esconden los más caros ideales de la sociedad moderna. Durante sus aventuras, será ayudada por personajes de lo más insospechados: Un caballo con complejo de sabueso, una caterva de ‘maleantes’ y un ladronzuelo quien desencadenará un final inesperado: Rapunzel no solo perderá su blonda melena, sino con ella también el encantamiento que la hacía especial. Lo paradójico es que eso era precisamente ¡lo que necesitaba para ser feliz!

-tres-
Puedo mencionar hasta la fecha y la hora: Fue un lunes 23 de junio de 1986, a eso de las 8 de la noche, en el cine “Radio” de la ciudad de Huaraz. Era la víspera de “San Juan” y, mientras la ciudad celebraba en plazas y calles, fui a ver “El hechizo del Halcón” o “Ladyhawke”. Mis amigos y yo, tuvimos que hacer mucho esfuerzo para mirarla, pues, entre el estruendo de la calle, los fogonazos cuyas luces se colaban por el techo calamina y una pésima proyección y sonido… resultaba casi imposible seguir la trama. Sin embargo la historia me capturó por completo, lo mismo que la música de Andrew Powell, hoy convertida en una banda sonora muy cotizada por los coleccionistas.

El “Hechizo del halcón” era una historia del amor recreada en la época medieval. Isabeau d'Anjou, una mujer bellísima se había fijado en Etienne Navarra, el antiguo capitán de la Guardia, sin embargo, los ojos libidinosos del Obispo de Aquila también habían estado puestos en la doncella. Como ella no accede a los deseos “non sanctos” del religioso, éste decide pactar con el demonio y lanzar un maleficio a la pareja: Durante el día, ella será un halcón y solo por la noche, tomará su forma humana, mientras tanto, él durante el día será Navarra y por la noche un fiero lobo… Ninguno de los dos tendrá recuerdos de su vida animal y no podrán tenerse jamás…

Obviamente, Navarra, es perseguido y vive errante, huyendo del obispo y a la vez buscando venganza, con el tiempo, ya no lo mueve el poder hallar la forma de romper el hechizo… Acompañado siempre por el halcón, su dama, vive hundido en su desgracia; tiene al ser amado tan cerca, pero tan lejos a la vez…. ¡Ha perdido la ilusión!

Gracias a la ayuda de “Mouse”, (otra vez) un ladronzuelo, y de un sacerdote arrepentido; Isabeau encuentra un halo de luz en medio de la oscuridad; lo único que necesitan es convencer a Navarra que no todo está perdido… Un día, justo al caer el sol,’Mouse’, logra, no sin poco esfuerzo, hacer que por un instante Navarra vea a su dama y casi pueda tocarla al momento en que todo se oscurece…. ¡Terrible! Pero es entonces cuando el soldado se convence que podrá “llegar el día sin una noche y una noche sin un día…”
-cuatro-
Hace un tiempo, conversando, alguien me preguntó por qué escribo cosas tan tristes en mi blog… ¿Tristes? – le pregunté, y añadí: “Bueno, son solo algunas cosas que me pasaron, y no sé si son tristes o no.” La persona, meditó un poco e insistió. “Es que parece que tus publicaciones son como señales de humo que dicen que estás ahí, pero siento que poco a poco estás desapareciendo debajo de tu pena… Son muchas historias de pérdida y de despedidas…. ¿Es que ya no tienes ilusión? ¿Es que no esperas a alguien?” No sé exactamente que le dije, pero me dejó pensando si era así como inconscientemente, estoy “pidiendo auxilio”...
Ahora bien; de hecho, no espero a ‘alguien’, pienso sí, que, en principio, escribo para reencontrarme con un viejo conocido: Yo. Ese ejercicio me ha ayudado mucho para reconocer los ciclos de mi vida y lo difícil que ha sido a veces, no volver tropezar con la misma piedra y procurar aprender de mis errores, que han sido varios…
Entonces, para resumir… ¿Qué me ha motivado durante estos meses? No podría decirlo con precisión, sin embrago, lo que sí podría es ensayar las consecuencias de mis escritos: En principio, me han ayudado a encontrar tranquilidad y comprobar cuán importante resulta procurar el equilibrio en la vida y no perder de vista la fe, la cual es una luz, una que uno asume y se convierte en el ‘eje’ de su existencia. No mentiré, extraño muchas cosas, hay días que se hacen más largos que los otros, pero veo, que poquito a poco, esa luz se amplia y eso me da ‘espacios’ para moverme… ¿Qué habrá más allá? Imposible decirlo, es más, no se puede ni siquiera saber si tendré otras oportunidades o más tiempo para vivir nuevas cosas… En lo que sí estoy claro es que lo peor que podría hacer es desesperarme; espero en Dios que lo que venga, sea bueno, no solo para mí, sino, sobre todo, para mi sencilla “obra” en este mundo: mis hijas, mi familia, mis amigos y, aunque no les parezca a algunos, también mi trabajo. Así pues, si la Providencia, me reserva algo más, ¡bien! Me esforzaré; y si no, ¡igual!; es ‘Su voluntad’ y la acepto.
-cinco-
He descubierto, lo importante que es luchar y lo difícil que resulta perseverar, y quizás fue por eso que vino a mi mente una escena de “Ladyhawke”, cuando la cámara enfoca los ojos de Isabeau convirtiéndose en halcón y mirando a Navarra… a continuación, la imagen de sus plumas en las manos de Navarra, mientras ella emprende el vuelo…. Sé exactamente cómo se sintió él, pero igual, al verla, durante aquel precioso instante, fue feliz y eso fue suficiente para aliviar su corazón y para alimentar su confianza.

(Hago aquí un corte. En realidad, no fue así al inicio, pero ahora, hay dos finales...)
-Final 1-
Así, he encontrado que, como los cabellos mágicos de Rapunzel, haya estado usando estas publicaciones para aliviar el dolor y “volver el tiempo atrás, a lo que fue”, hay quienes dicen que también las he usado para resucitar “muertos” y hasta para exorcizar (en vano) mis demonios. De todas formas, creo que ha sido una experiencia buena y, por lo mismo debe terminar, al menos, con el sesgo de “la mirada hacia atrás…” Por eso, hoy concluyo con esto que nació sin querer una tarde de domingo de julio del año pasado, cuando, con unos papeles en la mano y la nueva laptop de mi hija, se movió una fibra desconocida dentro de mí, y me animé a escribir algo. Desde ese día, me instalé en el ámbito de mis recuerdos, pero hoy, comprendiendo mejor a Don Julio cuando dijo que él “no vive de recuerdos” y a continuación me explicó que eso es así, pues él mismo es ‘sus recuerdos’. Ahora comprendo que todo lo que escribí es parte de mí, como mis brazos y mis piernas, y de esta forma, con el equipaje de mis memorias medio ordenado ya, procuraré vivir de la mejor manera que decida hacerlo; por ello, repito, hoy levanto mi tienda y me mudo a otro espacio, uno más pequeñito quizás, uno donde reside una compañera nueva: la Esperanza.

FIN (10-02-11)


-Final 2-
Así, aunque en mi corazón siempre disfrutaré secretamente de los cuentos de hadas y de los sueños, sé que en la vida real, esa fantasía no existe. Aunque lo desee con todas mis fuerzas, de la manera más insospechada y hasta estando ‘seguro’ que no sucederá, la ilusión y la felicidad no son eternas; el dolor siempre se dará maña para entremeterse y terminar por devolver nuestros demonios a la vida. Sin embargo, esta vez, ese ‘dolor’, que no es prerrogativa de nadie, ni siquiera de “la niña de la ventana” es el que determina el punto final. Es cierto, como usted don Julio, yo también ‘soy mi pasado’, un pasado de aciertos y errores, de logros y derrotas, de grandezas y de miserias… Lo acepto e irá de mi mano el tiempo que la vida y yo mismo, procure depararme; como dice la buena de Elizabeth Gilbert, “galopamos la vida como artistas de circo que se bambolean precariamente a lomo de dos veloces caballos, un pie va sobre el caballo llamado “Destino” y el otro, sobre el caballo llamado “Libre albedrío”... y así, aun cuando no sepamos en cuál andamos cada día, cuando caemos de uno de ellos, resulta muy doloroso, nos confundimos y sentimos temor, pero, resulta también muy cierto lo que ella misma añade: “No puedes permitirte el lujo de venirte abajo, porque entonces se convertirá en una costumbre…” Hoy he comprendido que, aunque creía ser más fuerte, la ‘vida’ no dudó en mostrar mi debilidad y de un zarpazo me quitó mi equilibrio interior. Igual, sigo adelante…Igual, termino de escribir…Igual, me mudo a un espacio pequeño e incierto de Fe y de Esperanza. Dios me ayude a perseverar y aceptar lo que ahora mismo soy incapaz de entender…

FIN (17-02-11)

“Dios es luz, y no hay en Él oscuridad alguna” (1Jn 1,5)

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