domingo, 22 de mayo de 2011

Al final, cuando las palabras faltan...

"Ahora tendrás que confiar más." - dijiste. "¿Confiar más?" - repliqué. " -añadiste- deberás confiar sin perder la fe y sin dejarte llevar por la desesperanza y el temor..."

Ha sido difícil. De hecho, siempre lo ha sido, más aún cuando intuimos que no era solo cuestión de perder la confianza, sino de perder algo más.

Han pasado varios meses y recién comprendí lo que realmente me habías pedido. Fue hace poco, mientras escuchaba la lectura de una carta de San Pablo: "Si perdemos el amor, no somos nada" -decía, y más adelante añadía que si por alguna razón quedaran "la fe, la esperanza, el amor: solo estas tres. La más grande es (siempre) el amor."

Por eso, mi estimada, si ahora me pidieras que resumiera el valor de lo que hemos vivido, creo que todo se limitaría a saber cuánto amamos. De mi parte, creo que me costó mucho entenderlo. Así, tú, que llegaste a formar parte de mi vida, fuiste capaz de comprenderlo mucho antes que yo. Entendiste que en la vida todo puede resultar efímero y sin sentido si no permanece en el amor...

(Texto: Febrero  . julio de 2013)




" (...) estos recuerdos pierden su significado cuando pienso en el amor como algo nuevo."

pues

sábado, 21 de mayo de 2011

Archivándote...

Las promesas – dicen- son para ser cumplidas, pero, ¿qué se hace cuando hay tanto dentro y no se saber qué hacer con todo ello? ¿Qué se hace con la imposibilidad de hablar y la enorme necesidad de hacerlo?

Ya que tengo un año más que cuando di por finalizado el ejercicio de este blog, olvido por un instante una promesa del continuo y vuelco lo poquito que puedo sobre lo mucho que (nunca imaginé) pudo ser….

Alguna vez dijiste que no te hubiese gustado terminar en mis escritos, sin embargo, luego fueron tus propias palabras las que reclamaron ese mismo destino:
 
Así pues, hube de resucitar a mi musa, pedir su intersección, su poder…
 
Así pues, Narnette, solo me quedan estas líneas que, desde las tuyas, son las que llenan este instante donde el querer es menos fuerte que la "necesidad" de olvido.
 
Te “olvido” y contigo se va…
La luz que hay en tu oscuridad…
La grandeza que se esconde en tu pequeñez…
La fortaleza que anida en tus debilidades….
Te “olvido” y así…
Se va la sensatez de tu locura, ¡tan bella!
La línea de tus ojos, tu nariz, tu boca y tus cabellos, ¡el caos!
Te “olvido” y con él me deja, finalmente…
La complejidad de tu simpleza.

 

(Termino con esta canción que, no sé por qué, viene a mí… De lo poco que conocí, quise intuir, que tu mayor dignidad fue la de ser Mujer.)