sábado, 16 de agosto de 2014

eza

Sabemos de ellos pero no los conocemos; los vemos, los escuchamos muchas veces y con el tiempo creemos intuir quiénes son; cuando ya no están, sentimos que nos importan; sin embargo, no lo hacemos, no es posible, pues en realidad nunca supimos quiénes fueron verdaderamente... Aún así, a veces, es inevitable "empatizar" con algunos.
Quizás a alguno de nosotros (personas comunes) nos suceda algo parecido: Vivimos actuando, cumpliendo un rol, esforzándonos por parecer útiles, proactivos y funcionales; luchamos por parecer transparentes, espontáneos, naturales, pero en el fondo, cuidamos desesperadamente por no exponernos, ni siquiera con los que realmente pudieran conocernos. De esta manera, casi sin quererlo, muchos solemos engañar y engañarnos... Es un esfuerzo curioso; el mundo nos hace creer como hubiéramos sido diseñados para ser como las piezas de aquellos juguetes infantiles, piezas de formas coloridas, de ajuste perfecto e inofensivas para la salud. ¡Triste engaño de un "perfect fit" que existe tanto como el espejismo de creer que siempre encajamos, que siempre caemos bien, que siempre somos positivos! Que podemos ser como Narnette, quien tiene la dosis suficiente de esperanza para creer y la fuerza necesaria para soportar la carga... ¡Qué ilusos, embusteros somos con nosotros mismos! Cuán viles manipuladores de nuestras miserias podemos ser, pues lo que realmente hacemos es engañarnos descaradamente, haciendo que vivamos procurando mirar al costado, huyendo así de algo de lo que no podemos escapar, pues al final, "eza" nos suele atrapar, unas veces de frente, otras de manera furtiva, y muchas, muchas veces, simplemente abriendo su brazos grises y acogiendo a quienes terminamos por entregarnos rendidos ante ella.


¡Puedes cambiar, anímate! -me dicen algunos cuando ven que "eza" me acompaña, otros simplemente están en lo suyo, no se hacen problema, ríen y, como dijera alguien, "viven la vida sin que la vida los viva". Empero, hay también algunos como yo: melancólicos, workaholics u otros que nacieron sin estrella. La primera, la "doc", mi amiga, que cuando toma las pastillas que "debe tomar" a diario, aún cuando le hacen una mala pasada, renueva su decisión de seguir luchando, y lo hace con valentía y corazón por quienes ama; luego está don Julio ST, hoy enfrascado en su "cruzada de cristianizar" a todos los que se le cruzan por delante, tarea que le sirve de escudo para rehuir al asomo del fantasma de la enfermedad y, finalmente mi madre, quien sin querer se volvió una mujer quejumbrosa, fatalista y malhadada desde que tiene recuerdo... Todos ellos han sido tocados por "eza" y ya no son libres.


Por eso, hoy pienso en aquél que decidió renunciar a todo, ¿qué habría pasado por su cabeza en el instante que se le iba la vida? Es tonto, en verdad, pero igual imagino ese instante y me imagino lo imposible: que alguien pueda expresar su pensar, sentir y su morir al borde del no existir... Y no solo eso: imagino que tan intenso y oscuro fue el camino previo, ese que a sabiendas, habría tomado como la ruta segura hacia el añorado "no sentir", quizás al desear, ya cansado, que todo termine.
Es seguro que en este caso como otros, "eza" hizo su trabajo con pulcritud y precisión, llevando a este hombre al momento de hastío intenso, ese donde las ganas de dejar de fingir y disfrutar de tu propia alegría, esa chiquita, de decidir por fin por ti mismo, las mimas que gracias a no ser simuladas, te llenan de necesidad de final, de vacío.
Hoy pienso en él y el abismo de su angustia y mis tontas preguntas, esas de tono "existencial" que a veces me asaltan: ¿qué hago acá?, ¿qué sentido tiene mi existencia?, ¿y después de esto, qué?, ¿le importará a alguien que no esté? ¿para qué tanto afán si todo terminará algún día?
Así pues, si el día llegara, porque de hecho ha de llegar en que todo lo de la Tierra entera palidecerá y desaparecerá, con ella se irán a tropel mis pensamientos, ¡todos! los más esperanzadores y los de los otros... Entonces, ya nada importará, pues como todo está destinado a desaparecer... solo habría que atender a "eza",  cuidarla pues ella se quedará, nos sobrevivirá como polvo de estrellas, como el peso en nuestros corazones que de pronto se funde con el infinito. Habría de cuidar a los otros, para que su filo mortal no los afecte.
"
Hoy siento que "eza" no se esconde en los demás, está oculta en mí. Para los otros, aquellos que han sido evidentemente tocados por la enfermedad, les produce miedo de morir, a mí, a veces, miedo de vivir.

sábado, 2 de agosto de 2014

Daño colateral

El amor es extraño: A veces, cuando no es oportuno, puede afectar a terceros de manera insospechada... En estos casos, el perdón viene de la mano del tiempo, aquel que pasa, pesado y perezoso.

Mientras la escuchaba, los ecos de sus temores más profundos afloraron de golpe. Después de tantos años, recién podía oír de su boca lo hasta entonces habían sido solo intuiciones u, otras veces, parte de sus propios demonios en sus noches de insomnio: "¡Me dejaste... y yo te quería!" -dijo ella bajito mientras dos lágrimas, ¡solo dos!, corrían por sus mejillas.
Él la miró y comprendió que debía callar. ¡No tenía idea de cómo explicarle lo que pasó! Siendo frío, podía intentar decirle que lo que todo había sido un terrible "efecto colateral" consecuencia de una decisión personal y quizás egoísta de su parte. Por eso, ¡no podía hacerlo! Era muy doloroso y difícil tyener las palabras adecuadas para explicare tantas cosas que, vistas hoy, no tendrían ya razón de ser, pues respondieron a circunstancias que para él no tuvieron otra manera de resolverse; ni siquiera cuando con eso (lo entendió después) había terminado por dañar a quienes quería.
El final del siglo había significado con un fracaso más para él. Esta vez, en el ámbito laboral: Había perdido su puesto y eso repercutió en  un tema sensible: la economía familiar. Así, además de ver reducido su sueldo, tuvo que afrontar la indiferencia, algunas burlas veladas o la abierta complacencia de algunos de sus compañeros. Las cosas se pusieron difíciles y él empezó a encerrarse y alejarse de todos. Esa situación afectó también a la famila que hasta entonces llevaba pocos años juntos y más que nada terminó por dañar más su relación. Así, las fissuras que se habían venido produciendo por varios  años, se convirtieron en grietas profundas. Fuie de esta manera que la efímera estabilidad que habían construido ella y él junto a los suyos, empezó a venirse abajo. Si ya por entonces, ella y él como pareja eran dos islas solitarias, luego termino por crear un arachipiélago dispar: ella y él, él y ellas, ellas y él y entre ellas, ella (la del relato) y él .
Tras la rupturfa vino un periodo extraño, él se sentía perdido, su refugio era la música y su aislamiento, aun así, debía concentrarse en luchar por levantarse y hacerlo con dignidad. Decidió esforzarse y eso no solamente le ayudó a redescubrir su vocación sino que, casi sin desearlo, empezó a entrever cosas que hasta entonces se había negado ver dentro suyo. Era algo nuevo, algo que despertó en él muchas preguntas que habían estado dormidas o que yacían debajo de sus responsabilidades, aparecieron así interrogantes, la más grave ¿Podía pensar solo en él?
Esto produjo una real hecatombe personal: de pronto, él se dio cuenta de que estaba cansado de andar callado, de que no pudiera hacerse entender, de estasr hatto de vivir frustrado, atrapado en su "error", en sus sueños rotos, y sobre todo en lo tristeza que sentía y que parecía que a nadie importaba. Eran cuestiones serias, como serias iban a ser su decisiones.
Hpy, mientras él la veía llorar, pensaba en todo eso y entendía que ninguna explicación podría servir para que ella aceptara lo que hizo, pues todo (aún lo malo), había sido porque creyó que lo merecía... Sin embargo, ella nunca lo entendería. Por eso decidió callar para no dañarla más. Solo atinó Como ni debía llorar, solo atinó a abrir la boca, respirar y decir: ¡Perdóname!
Sin embargo, algo salió mal. Ell siguió llorando y él pensaba en qué más decir o por qué su disculpa no tuvo el efecto que esperaba. Ella, abriendo su ojos llenos de lágrimas, le siguió reclamando. El solo atinó a disculparse otra vez y le dijo que por más que quisiera y le explicara, nada de lo que había pasado se podía cambiar, que sabía que había sido torpe, que no supo ver las consecuencias... Fue entoces cuando trató de explicarle cómo en medio de su soledad (la misma que ella y todos en casa ignoraban), habóia visto una luz y fue tras ella sintiendo que por fin hacía algo por él; lamentablemente, tuvo que reconocer que no pensó en ella, aun cuando (como siempre) la quería.
Así, por un instante, notó que eran solo ella, él, y en medio, el perdón. En su corazón, agradeció por ese momento en el que entendió que un amor dañado y cansado, aún podía seguir vivo; pues, tal como le dijo al final: parece que en la vida real no hay amor sin dolor.
Finalmente, aunque suene extraño, nada había sido en vano. Hoy, ella es más fuerte.. igual que antaño, con la única diferencia que, poco a poco, ahora lo está notando.