miércoles, 25 de agosto de 2010

Temporarily out of service

Debido a causas de "fuerza mayor", no habrá publicación este sábado. Gracias =)"

Cheek tu chisme - Segunda parte

Al día siguiente, el “Los vi… los vi” estaba en boca de todos en el trabajo… Aún así, bien inocentes, no nos hicimos bolas y un tiempo después repetimos la cosa.

El día señalado, empezamos nuestro plan de evacuación: Tocó la salida… Corrimos a marcar y de ahí a la puerta para encontrarnos con el buen Jorge, el marido de Norita, en su camioneta. Un santo el hombre, pues desde que me acuerdo recoge y lleva Norita… “Es de los que ya no hay”, dice Roxanne; yo por mi parte, creo que sí hay… pero son escasos.

En fin, ese día, estábamos entusiastas pues íbamos a ver “Cenizas del paraíso”, una película argentina, en el Centro Cultural de la PUCP, ni bien vimos a Jorgito empezamos la "Operación acomodo". Paso uno: Ceremonia de ingreso y posicionamiento bien ‘cheek to cheek’ en la única cabina de su pickup Datsun roja… Paso dos… más ‘cheek to cheek’ para tratar de cerrar la puerta del vehículo con cuatro personas dentro.
Estábamos en eso, cuando sucedió de nuevo. Esta vez era una pequeña guerrera Ewok…. "Jessikita con k", alumnita nuestra, quien haciendo clic con sus deditos en una inexistente cámara, se mataba de risa diciendo: “¡Ahhh! ¡Chisme…chisme!” En ese rato, te miré, Roxanne y adiviné en tus ojos lo que iba a pasar.

Sucedió al día siguiente: “Ya no podemos salir, amigo… Es más… mejor es distanciarnos… Es muy complicado… complicado….” (¿Te suena, mi estimada?) Allí fue cuando tu famosa expresión cobró nuevo significado, yo era ‘complicado’ para mi amiga…Obviamente, acepté… Ya iba aprendiendo que en estas historias se hace más daño tratando de ir en contra de la corriente…

Felizmente, “because life goes on”, sucedió algo que cambió las cosas: De un día a otro, te llamaron de un nuevo empleo y te fuiste… Lo lamenté mucho, por mí, por nuestra institución… pero fue lo mejor…

Ahora, tienes un trabajo diferente y con más proyección, te has mudado, has viajado por el mundo y tu vida se ha llenado de meditación y de místicos perfumes… Hasta sé que medio sindicalista te has vuelto, Roxanne… Y, felizmente, nuestra amistad superó el bache y se volvió más sólida… Por si quieren saber, aún nos vemos y, para mayor información: La penúltima vez que nos vimos fue el 13 de marzo, a las 4:03 p.m., en el óvalo Gutiérrez. Ingresamos al “Cineplanet Alcázar”. Subimos a la sala 5, función de 4:30 p.m. para ver “Nine”. Después del cine, fuimos al “San Antonio” de Comandante Espinar y conversamos bastante y, lo más importante, supiste animarme a salir del hoyo en que me encontraba por entonces… Ya pues, ahí tienen: ¡CHISME, CHISME!!!!
Para ti, mi querida Roxanne, la canción que buscabas: “Cheek to cheek” en la versión que nunca encontramos, con la voz de “La Voz”.

sábado, 21 de agosto de 2010

Cheek tu chisme - Primera parte


Ayer fui al cine UVK de Larco Mar, donde, con sutil discriminación, suelen programar películas que a criterio de los exhibidores, solo pueden apreciadas por espectadores cultos o “culturosos” que vivan en Miraflores, San Isidro, Surco o La Molina.

Vi “La felicidad de vivir” de Yojiro Takita que, en mi modesta opinión, una de las “100 películas que hay que ver antes de morir”. Terminada la cinta, me detuve un rato frente a la vidriera de “Two Music”, tienda de discos cercana al cine, … luego subí, miré el mar, "regresé" y recordé…
Mi "dejà vu" me llevó a unos 13 o 14 años atrás… Mi vida estaba relativamente tranquila. Cultivaba mi afición por el cine, los libros, la música; y la compartía con buenas amistades como Norita y otra colega, a la que llamaré con el “nickname” del su email:“Roxannetravel”… Y es que ella era una viajera impenitente.

“Roxannetravel” o Roxanne, para abreviar, es una joven profesional, seria, trabajadora, muy delicada y respetuosa de las formas. Lo mejor, es que tiene buen gusto para el teatro, las películas y la música. Por eso, cuando nos tocó trabajar juntos, congeniamos rápidamente y, lo mejor fue que ambos hicimos ‘buenas migas’ con Norita; con lo cual, completamos un trío muy simpático. Nuestra amistad estaba basada en el cariño y en la reciprocidad: Mientras Norita nos ‘desasnaba’ compartiendo los últimos de la literatura; yo, les recomendaba las películas imprescindibles, y Roxanne lo mismo, además de sugerirnos buena música… Lamentablemente, gracias a la inveterada costumbre limeña y pasatiempo ancestral, léase: el chisme y la maledicencia; mi amistad de Roxanne se convirtió en poco menos que “peligrosa” para ella.

Como en el trabajo no se podía conversar, de vez en cuando programábamos “escapadas” después de horario: Salíamos corriendo, primero, a almorzar rico en casa de Norita y de allí al cine con alguna película escogida para la ocasión… Luego, es cierto, solo con Roxanne, hacíamos nuestra peregrinación por los ‘santuarios’ llamados “Music City” o “Phantom”, por nombrar dos disco tiendas… Era una rutina sencilla que, a pesar de repetirla, nos permitía regresar conversar y alimentar una relación amical más allá de la vorágine la rutina… Ese fue nuestro pecado; aunque, pensándolo bien, el “quid del asunto” fue haber sido ingenuos y pensar que la gente entendería…
Sucedió una vez, después de ver “Kolya”, un película checa, en el cine “El Pacífico”… Norita regresó a casa y nosotros, como otras veces, cruzamos el parque Kennedy, y fuimos a “Music City” de Larco… Recuerdo que esa vez, a Roxanne quería encontrar una canción que había escuchado en una película, era “Cheek to cheek”, pero ella no lo sabía con seguridad, la escuchó una vez y quedó prendada; y es que también mi amiga, tiene aún una pasión secreta por la música y el cine de los años dorados de Hollywood… Por eso, ¡había que hallarla!
“Music City” era quizás la última de las tiendas en Lima que aún tenía cabinas para probar los discos antes de comprarlos. Pues bien, en una cabina de más o menos 1 metro cuadrado estuvimos como otras veces haciendo probar varios CD’S. Y allí fue donde nos pillaron… ¡Bien ‘pavos’! Recién nos dimos cuenta después, cuando salimos, y en la enteradita de la tienda tuvimos “una pequeña aparición”: Era una colega nuestra, que supongo ya nos había ‘ampayado’ en la cabina… Así, cual habitante de “Middle Earth", con su dedito bien en alto nos señaló y dijo sonriendo… “¡Ja… ja… ja! ¡ Hooola! Ya los vi… ¡Los vi!"
Continuará...

miércoles, 18 de agosto de 2010

Meditaciones para tiempo de retiro

-AVISO NO CONTRATADO-
Solo con fines didácticos, un comercial de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía con “Milagros y su vaquita”. Por siaca’, bien actual (año 2010), para que Monique no diga que vivo en el pasado. =)”

Meditaciones para tiempo de retiro
O sencillamente…
Esperando a la minera.

Terminaron las vacaciones de mitad de año. Una de “las Elizabeths”, chica felizmente casada, volvió contentísima de su segundo viaje a Colombia. Fue por estos días, entre sus amigas, ‘la colombiana’, hasta que un aguafiestas, o sea, un servidor, hizo referencia a cierta “colocha” de una novela de MVLL… So, ¡ "Colombiana", no more!

La “rentrée” después de las vacaciones ofrece a todos una oportunidad para mostrar, a través de cambios triviales como son corte de cabello, un laceado, iluminaciones o quizá un pantalón o casaca nuevas, que han sabido invertir bien su tiempo y su dinero… "pues para todo lo demás, existe Mastercard".

Aunque también estos retornos a la vida cotidiana, son ocasiones para las inevitables preguntas: “¿Y qué tal va? ¿Estás con alguien? ¡Cómo!, ¿sigues solo?” Mi amiga, la Elizabeth viajera, me abordó con algunas de estas interrogantes relacionadas a mi ‘status’ actual y además, siempre buenísima y preocupada, me repitió algunos “tips” para el “éxito en el amor”, al puro estilo de Josie Diez Canseco: “¿Por qué no sales? ¿Por qué no te vas a un bar o a un pub? ¡Sal! ¡Viaja! ¡Anda a Colombia! ¡Hay chicas lindas allá!” En “resumen resumido”, más o menos el mismo discurso que la otra Elizabeth… Pero yo, tranquilo; porque ustedes lo saben, amigas: Tanto ha ido este cántaro al agua, que ya se quedó sin orejas… De allí, mi estado actual de “standby”. Recuerden también, chicas, que es una decisión que me ha costado, pero, afortunadamente aprovechando que aún puedo hacerlo, he optado por mantenerme así “libre y feliz por la unión”. Es tiempo de aprender a vivir conmigo mismo, respetarme y ser muy celoso de mi reconquistada tranquilidad. Y además, de por sí, es un logro poder hacerlo a mis años. =)

Pero, como sé que tú, mi querida ‘Elizabeth II’, no eres de las que se rinden, sino de las que piensan que las únicas batallas que no se ganan son las que no se enfrentan, vuelves al ataque con lo que tu corazón te dicta: “¡Ten paciencia! ¡Ya llegará! ¡No pierdas la esperanza!” Pero, que yo sepa, no estoy esperando a nadie… A no ser que cumplas tu promesa y me presentes a “la minera”… Me divierte eso, mi estimada “cuñadita”, porque, ¿sabes? yo creo en Milagros pero no en ese milagro… Pero igual, te comprendo y te agradezco pues leo en sus ojos optimismo… ¡Eres de las que creen que “la minería que tú quieres, sí existe entre nosotros.” ¡Ja, ja!… Entonces, esperaré a “la minera” quien habrá de ser realmente "mi última esperanza", mi Princesa Leia de Star Wars… Por tanto, empezaré buscando mi R2D2 para que me presente el holograma de la famosa minera… Lo tomaré con calma, aunque estoy tranquilo, amiga… ¡De verdad!

Y, para que te termines de convencerte, te doy dos argumentos sólidos y contundentes, que avalan mi decisión: El primero, pertenece a mi muy inteligente y hermosa amiga, urpichallay Qori de los Andes, quien una vez, me supo decir: “La chica que te llegue a conocer…mmm… como que no se animaría a estar contigo; eres complicado.” El segundo, es la opinión de un testigo de parte, la menor de mis hijas: “Mira papá, yo que te conozco tanto, tampoco te recomendaría de lo tanto que te conozco.”

En fin, entre estar “alone” y “lonely”, que en inglés son cosas totalmente diferentes, yo libre y voluntariamente he apostado por la primera… Las razones, repito son muchas pero, la más importante es porque ahora que he vuelto a encontrarme conmigo mismo, veo lo mucho que me necesito y, la segunda, porque ese mismo hecho me ha ayudado a reconocer a una vieja amiga, la soledad, quien es mi musa inspiradora… Y es que “soledad” es el verdadero nombre de Narnette, la culpable de estas sencillas prosas.

Primero que hable el que sabe de soledades…

Y , en una onda bien colombiana, una de Juanes, dedicada a la soledad, mi compañera.

sábado, 14 de agosto de 2010

¡Arriba las manos! (Parte 2)



-IV-

Tres días después, entregaban los exámenes corregidos, yo estaba ansioso pero seguro de mi buena performance. Entré al salón, me llamaron y, apenas tuve el papel en mis manos, miré la nota….

Tuve que salir del salón, de ese enorme al que le llamaban “el gallinero”. ¡No lo podía creer! Desolado, me senté en una banca… ¡Había sido asaltado!, ¡robado!, ¡estafado! Al rato, saliste tú y, lo reconozco, mi última esperanza era que tuvieras la misma nota que yo o quizás menos…

Salimos en silencio de la universidad, tomamos el ómnibus y sentí por primera vez envidia de alguien y lo peor, ¡es que era de ti!… Tú no lo notaste… ni siquiera cuando me dijiste con tu voz pausada y bajito: “Por si acaso, saqué 19…”

-V-

Esa misma noche te lo confesé; pero, para hacer la cosa “menos culposa", solo lo hice escribiendo en papel “santo”, o sea, en una de las hojas de una libreta de la OMP (“Las misiones”), esas que decían cosas como “Ser cristiano es pasar de recibir a dar”; ahí te explicaba y trataba de expiar mi pecado, mi cólera y mi frustración por haber estudiado como loco, para que al final, tú, sin tanto esfuerzo, sacaras 19 y yo, un triste 12...

Y, ¡maldición! “12” era el mismo número del “büssing” amarillo que tomabas para ir a tu casa… Por eso, querida SR… por eso, ese día no te besé cuando jalaste el cordón del timbre y sonó el ‘ting’ anunciando, al aún uniformado chofer de esos años, que ibas a bajar… Por eso, ese día no me despedí… pero tú, oriental al fin, con tu colita de caballo, cerquillo, polito, jean, medias blancas y zapatillas… tú, ni volteaste; bajaste normal no más…

miércoles, 11 de agosto de 2010

¡Arriba las manos! (Parte 1)

-I-
Eran los años de furor de la música “Disco”, cuando Donna Summer era su reina indiscutible (¡Ave, Donna!). Allí apareció una banda de jóvenes negros, cuyo primer éxito fue una canción que, de alguna manera, alababa las “hazañas” de la mítica “Ma’ Baker”, famosa criminal del "old Chicago Town": Los “Boney M”.

Hacia finales de esa época, de enormes zapatos de plataforma, patines de cuatro rueditas y llena de una música pegajosa, feliz, pero deleznable; un dúo francés, los “Ottawan”, lanzaron otra canción que, para variar, tenía tintes de asalto a mano armada: “Hands up!” Esa cancioncita, mi querida SR, cuando la música todavía no era bulla para ti, fue una de tus favoritas…. En realidad, tuya y la de tu hermanita, que pronto nos dejó…

-II-

Ser enamorado de una “cerebrito” era un peso que tuve que aprender a sobrellevar. Mi chica, la “chinita”, había ingresado a la “uni” sin pecado original, es decir, sin el trauma del examen de admisión. Para más señas, llegaba precedida por no sé cuantos diplomas y fotos en los Cuadros de Honor y, lo peor, es que estaba genéticamente mejor preparada que yo para el éxito académico. ¡Toda la sapiencia de la milenaria cultura oriental la respaldaba!

Gracias a sus habilidades innatas y sin hacer mucho esfuerzo, sacaba excelentes notas. ¡Ah, SR! Como eras “de pocas palabras”, al principio pensé que carecías de vanidad… La verdad, la saben nuestras hijas, es que el conocimiento fue siempre tu mayor vanidad… Recordemos no más, cómo años después, tras resolver en pocos minutos los Geniogramas del Comercio, tus ojitos medio rasgados nos decían: Ja, ja… ¡Ya está! ¡Fácil!

-III-Como primerizos en estos afanes del enamoramiento, deseábamos compartir todo el tiempo posible, por eso empezamos a estudiar juntos. ¡Cómo me esforzaba para estar a tu altura! Quedar bien contigo era mi impronta. Hasta hacía lo imposible para guardar el poco dinero que la espartana economía de mi padre me permitía, para comprar aquellos benditos libros de Editorial “Oveja negra”, devorarlos rápidamente y no pasar por un ignorante frente a ti…

Y así fue, en aquel tercer ciclo de universidad, cuando quise demostrarte que podía alcanzarte e incluso superarte y como pensaba, iluso yo, que Lógica era mi fuerte, se me metió entre ceja y ceja que le podía ganar en ese curso.

Estudié como nunca. Hasta me compré “Introducción a la lógica” de Irving Copi, una edición con tapa de color plomo; usadito, pero servicial como el libro gordo de Petete... Con él, me sumergí en el mundo de las falacias… Así, mientras tú tranquila estudiabas un poco también preparabas lonche o atendías a tus hermanitos… Mientras tú tomabas las cosas con calma oriental… (‘¡Ob-vio!’, diría Hong, hoy)…yo, dale que dale con las falacias: La “ad baculum”, la “ad verecundiam”, la “ad hominem”, la “de la causa falsa”… la de “no sé qué”… la de “no sé cuántos”.

Llegó el día del examen, yo me sentía un “Rocky Balboa” al final de sus películas (Fanfarria de ‘Rocky’, por favor): ¡Había sufrido, pero estaba listo!

sábado, 7 de agosto de 2010

Inocente palomo

- Intro -
Isabel era el nombre de mi abuela materna. ¡Mi “mamá Bel”! 
A "Mamá Bel", Rosa Isabel Collantes Villegas, la recuerdo ciega y siempre postrada en su cama.
"Mamá Bel" era una mujer muy piadosa, su piel era blanca como la leche: Solo en eso se parecía a “otra Isabel”, una chica cinco o seis años mayor que yo, que conocí cuando yo tendría catorce o quince.

- One -
Después de un tiempo había regresado a estudiar inglés al ICPNA.

Tras rendir una prueba de ubicación, me matriculé en Intermedio 1.

¡Allí te conocí, Isabel!

Eras alta, risueña, conversadora, pero poco hábil en el inglés. La verdad, nunca entendí cómo habías llegado a los ciclos intermedios. 

Coincidimos en tres ciclos y creo que por eso imaginaste que sabía mucho, pues me solías esperar en la banca fuera del salón para pedirme prestado mis “homeworks” o “compositions” y así “comparar” mis trabajos con los suyos.

A veces, cuando no había tarea, me conversabas. Hablabas de cosas lejanas para mí: tu trabajo (donde te tenían envidia); también sobre tus desventuras amorosas.

- Two -
Isabel eras buena conmigo y, por alguna razón, nunca me detuve a pensar por qué me hablabas. Eras una joven muy bonita; por eso, cuando me mirabas, algo dentro mío me decía que tenía que ayudarte, aconsejarte y no sé si protegerte.

Creo que solo deseaba tu bien. Confiaba en ti y para mí eras una chica inocente. No me importaba que asistieras a clase con unas minis muy cortitas, tampoco que el “mister” que nos enseñaba, se enredara al hablar, tartamudeara o se tropezara con su pupitre cada vez que te dirigía la palabra. La verdad no reparaba mucho en esas cosas hasta cierto día que, después de regresar del baño y entrar al salón, vi que tú, Isabel, como quién no quiere la cosa, cruzabas las piernas a lo Sharon Stone y, con voz meliflua respondías al profesor: “¡I'm Sorry, mister! ¡I don’t understand!” e“teacher”, descarado él, no te despegaba los ojos de encima. ¡Te miraba embobado con una sonrisa tonta, pero feliz!

- ¡Oh! ¡Oh! ¡It's ok, ok, my dear! 

¡No soporté que el profesor te hubiese mancillado con su mirada!

Por eso, al llegar a mi carpeta decidí que debía hacer algo. Me acordé de que alguna vez me dijiste que era para ti a "el hermanito que nunca tuviste” por eso; empecé a controlar cuántas veces más el profesor te miraba.

Así, después de una semana, lleno de amor fraternal y con el registro de las ocurrencias anotadas en mi cuaderno, había confirmado que el profesor era -como habría dicho Martita- un “ojo vivo”. Entonces, cual Lancelot du Lac, me armé de valor y en el intermedio te llamé a un lado y te dije: “Isabel, mira. ¿Ves estas rayitas? Son las veces que el teacher te ha estado mirando las piernas; y no pues, tú eres una chica buena y bla, bla, bla… debes cuidarte… bla, bla, bla… eso no está bien... bla, bla, bla, ¿qué pensará?... Y bla, bla blá.”

- Three -
Isabel, ¡cómo te habrás reído por dentro con mi “speech”! Nunca habrías adivinado cuánto me costó encontrar las fuerzas para hablarte. Aunque no era lo mío, sentí que era mi deber como cristiano y digno alumno de secundaria del colegio La Salle de Lima. Pensé que con eso te iba a salvar de aquel horrible, libidinoso y malvado profesor. Aunque mirándolo bien, el “teacher” era alto, joven, blancón, y con un porte de galán de cine que yo nunca iba a tener…

Por eso, para ti, mi casta Isabel, va esta cancioncita: “Maneater

miércoles, 4 de agosto de 2010

Men señará

¿Qué diferencia existe entre VB y Bebe?
Alguna en boca de un peninsular. En nuestro caso suenan exactamente igual, aunque se refieran a dos personas distintas.
VB y Bebe pertenecen a mundos distintos, sin embargo, están conectadas en el universo de "mi música".
VB y Bebe son chicas jóvenes, inteligentes, guapas y dueñas de una energía que se puede tocar.
¿Qué vincula a VB y Bebe?
Quizá el conflicto que bulle en su interior de la primera. El mismo que la segunda pudo plasmar en una producción musical, entre desenfadada y contestataria: el album “Pafuera telarañas”.

VB y las canciones de Bebe... 

Hay canciones que parecen que fueron compuestas para nosotros. Son las que nos apropiamos porque ponen letra y música a nuestros pensamientos y emociones.

Para ella:

Pista 1:
“Men señará la voz del mar… Men señara a no llorar…Men señara a reconocer que hay daños que te enseñan a crecer…”

Pista 4:
“Cómo decir que me partes en mil las esquinitas de mis huesos… que han caído los esquemas de mi vida… ahora que todo era perfecto…”

Pista 9:
“Yo soy del sur, tú eres del norte, no hablamos el mismo idioma, pero haremos que no importe…”

¡Son solo palabras!
Sí, pero las necesitaste cuando, cansada dar vueltas en “tu carrusel”, decidiste ir  de las letras a la acción.

Y, para mí:
También, pista 4:
“El tiempo todo calma, la tempestad y la calma”

Y, sobre todo, la 10:
“Despacito, cuando tú dormías, ella te hablaba, te preguntaba, te protegía. Ella te prometió darte todo, pero solo pudo darte lo que pudo y para ti lo más hermoso era amanecer junto a sus ojos iluminando el mundo.”
(…)
“Volaste alrededor de la luna por ella. Le pediste que nunca se fuera…”
(…)
“Y la dejaste volar… Y tus ojos lloraron hasta doler… Pero sólo tú sabías que así tenía que ser…”
(…)
“Y la dejaste volar... Y sus ojos lloraron hasta doler… Pero sólo ella sabía que así tenía que ser”

Otra vez.
¡Son solo palabras y melodías!

Sí, pero me ayudaron a enfrentar la borrasca de la soledad. La misma que, como una horda de tristes  pero violentos jinetes, pasaban encima mío a todo galope… 

Fue  cuando ‘ella’ , cansada de la pesada carga que llevaba, cierto día me dijo: ¡Esto no va más!

Fue curioso que “sus canciones” de mujeres “rotas”, sueños perdidos y palabras que saltan como puñales, resultaran un bálsamo extraño para mí:  ¡No me curaron, pero al menos me permitieron sobrevivir!

Nunca te imaginaste, estimada VB, que aquel día, cuando como quien no quiere la cosa, me dijiste: “¡Escucha este CD! ¡Es bueno!”, algo cambió.

No hay duda, que los caminos de la música también son inescrutables. Aunque no lo imaginaste, la voz de la tal “Bebe” me ofrecieron algunas "respuestas" y una nueva oportunidad para seguir adelante.

Pero, ¿habría sido así de todas maneras?
No estoy seguro, pero igual te agradezco porque “men señaste”…

¡Suerte para ti, amiga!

Adenda:
En el caso tuyo, que eres medio “Flora” y que luchas por no convertirte en la “Madame-la-Colère” que describe el buen MVLL… “Hoy vas a descubrir que el mundo es solo para ti, que nadie puede hacer daño…”

lunes, 2 de agosto de 2010

Por una cabeza

Noche de mi cumple. Mi primo Eduardo, desde la esquina de mi casa, escucha a todo volumen “Devil with a blue dress”, de los hoy olvidados Pratt & McClain. Se anima, ¡qué tal fiesta!, piensa. Apresura el paso, toca el portón largo rato, y cuando suena “Another one bites the dust” de Queen, le abro la pueeta y ¡sorpresa! ¡No había nadie! Solo mis hermanos y algunas amigas de mi mamá. Pero eso sí, dos altoparlantes colgados en la cochera, convertida en una desierta pista de baile.

En realidad, creo que no había invitado a nadie pues amigos no tenía. La verdad, no me acuerdo, pero, si alguien hubiese aparecido, no hubiera bailado; eso sí lo sé.

Bailar no fue nunca mi fuerte, y no sé si lo será. Para Hong, mi amiga de práctica sabiduría oriental, bailar es una cualidad “sine qua non” al hombre que se precie de interesante. ¿Será que por eso que siempre me he considerado más bien un tipo “poco interesante”? ¿Será?

Debe ser por eso que viene a mí la escena de un sujeto más bien interesante. Es de "Scent of a woman” donde el gran Al Pacino, interpretando a un hombre ciego hace, junto a una preciosa chica, una excelente coreografía de “Por una cabeza”, el tango de los inmortales Gardel y Le Pera.

Eran los tiempos de las fiestas de antología que se hacían en casa con motivo de los cumpleaños de uno de mis padres. En esas ocasiones, este servidor, cumplía hacía feliz el papel de DJ frente (¡ahora sí!) a una "pista de baile" llena.

En esas fiestas, cuando la cosa estaba en lo mejor, siempre me gustaba sorprender a la audiencia con “algo”. Una vez se me ocurrió poner un tango.  Mi papá, a quien en realidad no le gustaba bailar y generalmente seguía a mi madre, la bailarina; me miró extrañado. Él y todos se sentaron. No así un señor, invitado extranjero de mi padre, que se animó a sacar a mi mamá a bailar. 

-“Con su permiso, don Carlos, ¡vamos, Fanita!”

No lo esperaba. Mi mamá sonreía, mi padre también viéndola bailar…

En realidad, la amabas mucho más, ¿verdad, pá?