sábado, 2 de agosto de 2014

Daño colateral

El amor es extraño: A veces, cuando no es oportuno, puede afectar a terceros de manera insospechada... En estos casos, el perdón viene de la mano del tiempo, aquel que pasa, pesado y perezoso.

Mientras la escuchaba, los ecos de sus temores más profundos afloraron de golpe. Después de tantos años, recién podía oír de su boca lo hasta entonces habían sido solo intuiciones u, otras veces, parte de sus propios demonios en sus noches de insomnio: "¡Me dejaste... y yo te quería!" -dijo ella bajito mientras dos lágrimas, ¡solo dos!, corrían por sus mejillas.
Él la miró y comprendió que debía callar. ¡No tenía idea de cómo explicarle lo que pasó! Siendo frío, podía intentar decirle que lo que todo había sido un terrible "efecto colateral" consecuencia de una decisión personal y quizás egoísta de su parte. Por eso, ¡no podía hacerlo! Era muy doloroso y difícil tyener las palabras adecuadas para explicare tantas cosas que, vistas hoy, no tendrían ya razón de ser, pues respondieron a circunstancias que para él no tuvieron otra manera de resolverse; ni siquiera cuando con eso (lo entendió después) había terminado por dañar a quienes quería.
El final del siglo había significado con un fracaso más para él. Esta vez, en el ámbito laboral: Había perdido su puesto y eso repercutió en  un tema sensible: la economía familiar. Así, además de ver reducido su sueldo, tuvo que afrontar la indiferencia, algunas burlas veladas o la abierta complacencia de algunos de sus compañeros. Las cosas se pusieron difíciles y él empezó a encerrarse y alejarse de todos. Esa situación afectó también a la famila que hasta entonces llevaba pocos años juntos y más que nada terminó por dañar más su relación. Así, las fissuras que se habían venido produciendo por varios  años, se convirtieron en grietas profundas. Fuie de esta manera que la efímera estabilidad que habían construido ella y él junto a los suyos, empezó a venirse abajo. Si ya por entonces, ella y él como pareja eran dos islas solitarias, luego termino por crear un arachipiélago dispar: ella y él, él y ellas, ellas y él y entre ellas, ella (la del relato) y él .
Tras la rupturfa vino un periodo extraño, él se sentía perdido, su refugio era la música y su aislamiento, aun así, debía concentrarse en luchar por levantarse y hacerlo con dignidad. Decidió esforzarse y eso no solamente le ayudó a redescubrir su vocación sino que, casi sin desearlo, empezó a entrever cosas que hasta entonces se había negado ver dentro suyo. Era algo nuevo, algo que despertó en él muchas preguntas que habían estado dormidas o que yacían debajo de sus responsabilidades, aparecieron así interrogantes, la más grave ¿Podía pensar solo en él?
Esto produjo una real hecatombe personal: de pronto, él se dio cuenta de que estaba cansado de andar callado, de que no pudiera hacerse entender, de estasr hatto de vivir frustrado, atrapado en su "error", en sus sueños rotos, y sobre todo en lo tristeza que sentía y que parecía que a nadie importaba. Eran cuestiones serias, como serias iban a ser su decisiones.
Hpy, mientras él la veía llorar, pensaba en todo eso y entendía que ninguna explicación podría servir para que ella aceptara lo que hizo, pues todo (aún lo malo), había sido porque creyó que lo merecía... Sin embargo, ella nunca lo entendería. Por eso decidió callar para no dañarla más. Solo atinó Como ni debía llorar, solo atinó a abrir la boca, respirar y decir: ¡Perdóname!
Sin embargo, algo salió mal. Ell siguió llorando y él pensaba en qué más decir o por qué su disculpa no tuvo el efecto que esperaba. Ella, abriendo su ojos llenos de lágrimas, le siguió reclamando. El solo atinó a disculparse otra vez y le dijo que por más que quisiera y le explicara, nada de lo que había pasado se podía cambiar, que sabía que había sido torpe, que no supo ver las consecuencias... Fue entoces cuando trató de explicarle cómo en medio de su soledad (la misma que ella y todos en casa ignoraban), habóia visto una luz y fue tras ella sintiendo que por fin hacía algo por él; lamentablemente, tuvo que reconocer que no pensó en ella, aun cuando (como siempre) la quería.
Así, por un instante, notó que eran solo ella, él, y en medio, el perdón. En su corazón, agradeció por ese momento en el que entendió que un amor dañado y cansado, aún podía seguir vivo; pues, tal como le dijo al final: parece que en la vida real no hay amor sin dolor.
Finalmente, aunque suene extraño, nada había sido en vano. Hoy, ella es más fuerte.. igual que antaño, con la única diferencia que, poco a poco, ahora lo está notando.

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