jueves, 24 de diciembre de 2015

Nace del corazón

Entramos al colectivo con los bultos, poco más o menos huyendo del bullicio de la calle y de los miles de compradores de último minuto.
¿Y, no te cansas? -preguntaste de pronto.
-No, amor, esto es lo que quiero hacer. - respondí casi sin pensar.
Entonces cerraste un ojito en tu guiño caracteristico de duda...
-De cansarme sí; me duelen los pies y me estresa la bulla... pero estamos juntos, es lo que importa. Esto es lo cotidiano, no es otra cosa, es lo que deseo a tu lado.
El auto arrancó en medio del tráfico y sentí que era allí donde quería estar.

Nace del corazón...

Todos se han ido, tienen dónde ir; yo no te tengo a ti.
Mi mente lo acepta, lo entiende; mi corazón se rebela y reclama.
Respiro... mi corazón que es mi esperanza; te siente, te anhela, te extraña, te quiere.

Todos se han ido, tienen su espacio, yo no te tengo a ti.
Parte de mí entiende, mi alma no; ella siente el vacío; por eso, el delirio, la locura.
Respiro... mi alma que es mi amor, me anima, me dice: sueña, confía y lucha.
En mis oídos, el timbre de tu voz cantarina
en mi manos, la sensación del anillo sencillo, nuestra alianza
en mis ojos, la paz de tus ojos bonitos
en mi piel, aquel último abrazo de niña feliz, en medio de la calle, diciendo te amo.
No hay nadie ya, 
quisiera gritar que mi alma desborda,
que los espacios de mi ser están llenecitos de ti,
que te amo, aunque lejos estoy de ser quien mereces.

No hay nadie ya
Todos se han ido...
Y es tu amor que se mueve dentro mío,
y, de pronto, renazco otra vez
pues levanto mi rostro y te veo.
(23/12/205)

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