Cuando los chicos de mi generación teníamos 7 u 8 años, éramos todavía niños. La mayoría seguíamos siendo ingenuos y no habíamos perdido la capacidad de asombro. Hoy, todo eso se pierde con increíble rapidez.
Pues bien, tenía poco más de 7 años cuando estrenaron en Lima: “Melody”, un film británico sin muchas pretensiones; el cual, para mí y para otros como yo, marcó de alguna manera nuestras cortas vidas: Con un guion aparentemente simple, "Melody" no solo fue un "boom de taquilla" en el Perú, sino que se convirtió en el referente obligado de lo que debía ser el "primer amor".
De hecho, la película de Waris Hussein, llamada también SWALK (Seal With a Loving Kiss), abordaba el tema del amor infantil de una forma fresca y no con poca desfachatez; sin embargo, no fue un éxito ni en Inglaterra ni en los EEUU; solo en varios países de Sudamérica como en el Perú y de manera particular en el Japón, donde fue considerada un film de culto.
La trama giraba en torno a Melody Perkins, una chica con carita de ángel que se enamora de Daniel Latimer, el chico sensible de la clase. Sin embargo, bajo la envoltura de la historia de un candoroso primer amor infantil, se escondían otros temas, digamos, “sensibles” para los niños de entonces: Desde la angustia de hacer que la chica que te gusta se dé cuenta que existes, las primeras miradas, el momento mágico en que ambos se toman de las manos, se abrazan y, lo que nadie imaginaba (algo así como el culmen de nuestros sueños más locos): ¡Escaparse con la chica de tus sueños!
Y es que, al ver la película, no recuerdo que ninguno de mis amigos haya cuestionado algo; en la pantalla todo sucedía de manera natural y casi irreal; de tal manera que si a alguno se le ocurrió preguntarse algo, solo bastaba dejarse llevar pues las respuestas estaban allí, presentadas de manera sencilla y en tono casi de farsa: En "Melody" se podía entender qué era realmente enamorarse a primera vista, aunque al hacerlo debieras pasar por el papelón de tener que bailar ballet frente a la niña que te acababa de flechar; en "Melody" el dilema de escoger entre tu chica o tu mejor amigo quedaba zanjado dejando plantado tu "pata" y salir corriendo junto a la niña, en "Melody" valía la pena "hacerse la vaca" e irse a pasear con tu chica aun a riesgo de que te castigaran; en "Melody", finalmente, la locura de declarar a medio mundo (tus padres incluidos) que quieres casarte y no esperar más, se arreglaba convenciendo a tu mejor ex-amigo y a toda tu clase para que te ayudaran a huir con tu amada y no solo eso, sino, si tras ser descubiertos, no dudaran en enfrenar a sus profesores; incluso, hacer que uno de los “nerd” de tu clase, hiciera explotar el carro de tu madre...
En verdad, todo parecía fácil en "Melody"; en especial que Daniel, un pequeño "loser" de los 70's pudiera consumar su idilio con Melody, una niña más bonita del cole. Así era el cine de aquellos años, en el que, al parecer, se estilaba hacer de lo ideal un absurdo, por eso a nadie le importaba esperar semanas y hacer interminables colas frente a las salas de cine para verla. Eran los tiempos de las enormes salas (no había multicines) y las películas debían permanecieran en cartelera varios meses para que todos pudiéramos verlas, aunque al hacerlo pudiéramos tener la mala suerte de que estuvieran un poco rayadas o cortadas.
Recuerdo que fue a mediados del '72, 5 o 6 semanas después del estreno, cuando al fin pude verla en el cine "Capitol", el cine de barrio más cuidado de Breña; felizmente pude verla pues en el colegio era la pregunta recurrente entre mis compañeros "¿Viste "Melody"? En mi caso, insistían más en preguntarme pues esperaban que, si no la hubiese visto, mi padre (que estaba en el negocio de la cinematografía) podría conseguir pases y poder invitar a alguno.
Aún me veo en la función de "vermouth", entrando con mi hermano a la sala, ¡sin hacer cola! después que nuestro padre hablara con el administrador... Fue una experiencia intensa; y quizás la primera vez que de verdad quise ser alguien más, alguien como Mark Lester, alguien que podía encontrar una Melody y hacer que esa chica "de carita llorosa" se fijara en él... Y es que por entonces yo sentía que nunca podría, que siempre sería muy zonzo y torpe para hacerlo; de hecho, muchos lo éramos por entonces y, al parecer, algunos lo seguimos siendo hoy en día y lo peor es que todavía la seguimos buscando.
Aquí, en la voz de los Bee Gees, cuando eran famosos solo en Inglaterra, la canción "Melody Fair".
Me traes a la memoria una serie de recuerdos imposible de olvidar, la dicha del primer amor, la basta inocencia capaz de superar los prejuicios de los adultos ......como no recordar esta epoca en que con una flauta yamaha invocaba como canción triste la presencia del primer amor que a unas calles de mi hogar, pugnaba por encontarar el motivo para salir a la acera y consumar el rito de la mirada ingenua y dulce. Gracias buen amigo por recordarme que aun vivo...pues recordar es vivir
ResponderEliminarCon afecto
David Zamora
dlbzamora@yahoo.com.mx
Gracias, estimado David por tu comentario. Es curioso como en el camino de los recuerdos podamos coincidir. Saludos
EliminarHermosa película, llena se candor, hermosos recuerdos y la magia del primer amor. Siempre la tengo presente.
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