Mañana del martes 09 de diciembre de 1980 - Lima, Perú
Como todos los días, ni bien desperté, encendí mi radito "National” a transistores. Tras el jingle de la estación (“Radio Miraflores -¡Te quiere!") vino una noticia que me cayó como un baldazo de agua fría. Fue tan inesperada, que en un segundo me hizo olvidar que estaba viviendo mis últimos días de vida escolar: ¡John Lennon ha muerto!
Hasta entonces, mis experiencias más cercanas a la muerte se limitaban a las de mis abuelas maternas. Ambas habían fallecido hacía unos años y, aunque me entristecí mucho, con el tiempo lo superé pues, para un niño que las abuelitas "se fueran" era parte natural del "ciclo de vida"... Sin embargo, esto era algo nuevo: ¡John!, ¡John Lennon! ¡El de Los Beatles! ¿Qué sentir? ¿Qué hacer? En realidad, me puse mal, pero de una forma extraña: en una mezcla de tristeza, cólera y también de dolor culposo. En realidad, si bien era un fanático de la música de Los Beatles (mis amigos más cercanos lo sabían), siempre me había identificado con Paul. Es más, con lo poco que sabía de la "historia beatle" hice mía la supuesta "guerra" que él y John habían iniciado desde el 69 y a inicios de los 70's, la misma que había provocado la separación de la banda.
Ahora que lo pienso mejor, por entonces decía que prefería a Paul (el Beatle de las melodías grandiosas, directas y dulces), porque quizás no era capaz de reconocer la genialidad de John.
Lo cierto es que John estaba muerto y ¡de la manera más absurda! Aun cuando era joven e inexperto, podía entrever la cruel paradoja que la tragedia encerraba: John, que soñaba un mundo diferente y en paz, moría asesinado de la manera más cobarde y artera.
Así, a mis 17 años, mi único y sencillo homenaje a Lennon fue aguantar todo lo que sentía y esperar que su último 45´estuviera disponible y comprarlo. Para eso, tuve que ahorrar todas las propinas que pude y. cuando por fin se lanzó, fui por él a la disco tienda "Héctor Roca" de galerías Boza del centro de Lima.
Ese 45 RPM fue el primer disco de John en mi colección de la época ‘post Beatles’ que acompañó a todos los que tenía de Paul.
Ese 45 RPM, mi primer disco de Lennon, fue el último para él; cuyo título resultó una suerte de desafío al olvido: Just like... satarting over (Como si volviéramos a empezar).
Adenda:
Miraflores, la radio, no me quería mucho.
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