miércoles, 17 de noviembre de 2010

12 chicas

Por higiene mental, no suelo ver televisión. Ni siquiera tengo servcio de cable en casa. A consecuencia de eso, como dicen mis hijas, cuando se me courre encender la TV, sólo veo canales ‘misios’.

Hasta ahora no me arrepiento. Ha sido una decisión feliz pues, aparte de haber aprendido a encontrar algunas flores entre la tele basura nacional, también me ha servido para descubrir tesoros únicos como el que sucedió una noche de setiembre de 2007.

Eran algo así como las diez y tantos de la noche de un domingo cualquiera, cuando, para variar, me costaba concilar el sueño. Prendí mi televisor Phillips CRT de 14 pulgadas modelo 14PT3005/55 y sintonicé canal 17 (Pax TV ). Esperaba encontrar los conciertos de sirmpre con André Rieu, Kitaro o Luciano Pavarotti. Sin embargo, un nuevo sonido me sobresaltó. En la pantalla, en medio de una atmósfera azul, ocurrió un milagro en forma de unas jóvenes chinas tocando una melodía a todas luces tradicional pero con  arreglos conemporáneos. ¡No lo podía creer!

Hasta entonces mi experiencia con la música china se limitaba a algunas grabaciones de melodías folklóricas copiadas de discos y casetes, gracias a la generosidad del Hermano Guillermo Dañino, el gran sinólogo. Sin embargo, lo que se escuchaba por la TV era algo totalmente nuevo. La banda, formada por una docena de bellas chicas, no solo demostraba talento, sino que ofrecía una propuesta novedosa de fusión musical: Estas chicas hacían que la música china fuese “digerible” y atractiva para mis oídos occidentales; era la combinación perfecta entre lo tradicional, el new age, el pop, el funk, y el jazz, sin dejar de lado la esencia oriental. ¡Increíble!

Era algo único y cosa rara, estaba en la pantalla de mi tele y en señal abierta. Las muchachas, todas vestidas de negro, tocaban con maestría y elegancia una melodía maravillosa que transportaba a un bello jardín con puentes, rodeados de flores de ciruelo y estanques, donde nadaban plácidas unas carpas… Con el tiempo supe que esa melodía se llamaba “Spirit dance”. Ella marcó el inicio de una búsqueda que me hizo descubrir un universo muy particular de una banda llamada “12 Girls Band”….

Al principio, no me fue fácil encontrarla. Solo contaba con segmentos grabados con la cámara de mi celular desde la pantalla de la tele; pero estaba decidido y con mucho empeño, empecé mi búsqueda… Mire cien veces la pantallita del celular y creí ver un número 12, también la imagen de un abanico en el piso; ¡pero no estaba seguro! Lo que sí tenía claro era la palabra “Band”. Sin embargo, tras semanas de navegación por Internet, aún no tenía información fidedigna del grupo… Aún con lamotivación al tope, llegué a diversas bandas chinas del tipo “yue fang”, es decir, agrupaciones formadas por chicas, pero que no eran las que había visto… ¡Necesitaba ayuda!

Y la ayuda llegó, pero desde el Japón. Fue mi buena amiga Neko-Chan, quien como antaño, cuando me ayudaba a entender el japonés y las costumbres que veía en la serie Shogun, se convirtió en mi aliada en esta nueva aventura. Gracias a ella,descubrí que las chinitas se llamaban “12 Girls Band” y que eran muy populares en el Japón. Gracias a ella supe de Spirit Dance”, luego escuché “Mountains and rivers” y más tarde, a la alegres “Alamuhan” y “Freedom”. ¡Ah, Neko-Chan, tú siempre delicada y dedicada! Fueron semanas intensas con mensajes que iban y venían vía Hotmail; yo, con mis datos; ella con las melodías que yo guardaba como tesoros. Cierto día, en uno de de sus correos, llegó ‘No Word’, ¡fue increíble! Algo en esa melodía me ‘tocó’ de una manera particular… ¡más que ninguna otra!

Provisto de varios archivos mp3, quise dar un paso más. Había encontrado que parte de la magia y atractivo de las 12 Girls Band residía en sus interpretaciones en vivo. Decidí entonces buscar los videos. Por entonces, solo en páginas como VEOH TV, existían videos de las chicas en un formato y calidad que ni siquiera el emergente YOUTUBE podía ofrecer… Me inscribí y con paciencia empecé a recopilar los archivos… Fue así como sin proponérmelo, a través de VEOH, ‘conocí’ a los primeros fans de la banda; uno de ellos era una chica llamada “Florence”; bueno… al menos ese era su ‘nick.’ de usuario.

Florence resultó ser una chica danesa que compartía mi afición por las 12 GB. Su tema favorito era “Spirit Dance”, el cual, según escribió, era “una melodía luminosa que la llenaba de tranquilidad.” Ella me dio nuevas pistas para saber exactamente qué buscar y dónde encontrarlo. Así pude lograr lo increíble para entonces: Armar un video con 18 canciones, todas del concierto Miracle Live, el que había visto en la tele. Con los archivos y con la buena voluntad de mi amigo Gonzalo, armé mi primer y muy preciado DVD. ¡Las cosas resultaban mejor de lo que esperaba!

Los meses se sucediern y llegó el verano de 2008. La comunicación con Florence pasó de pronto de la música a temas más personales: Desde ‘Spirit Dance”, su “isla de tranquilidad”, representado por avatar en el que se veía una flor de loto en estanque, Florence me confesó que en su vida había varios conflictos que la atormentaban… Algunos estaban relacionados con sus estudios y otros, los que constituían quizá el origen de sus penas, estaban tenía que ver con su entorno. A pesar del idioma, la necesidad de desahogarse hizo que me confesara las tensas relaciones con su familia. Según lo que decía, nadie la entendía, todos la veían rara en su mundo de música exótica... Yo, para variar, me propuse ayudarla… Así, aparte de escribirle sobre las melodías, le escribía largos email en los que pretendía vanamente animarla: Eran email bien intencionados, escritos en tono paternalista, donde trataba de responder a sus interrogantes sobre la vida. Al principio, ella, muy educada, me agradecía y me contaba algunas cosas… pero poco a poco, se demoraba en responder, y volvía a lo mismo: Me pedía que no perdiera el contacto pero seguía en su propio discurso… Con los días, sus escritos se iban poniéndose más y más oscuros: “La vida se ha empeñado en rodearme de dolor, en llenarme de dudas, en alimentar mi resentimiento. Más que preguntas, necesito urgentemente respuestas… Pero, a nadie le importa que mis ojos lloren sangre oscura, a nadie le interesa que mi corazón no palpite ahogado por bajo el peso de la incertidumbre…” ¡Qué podía yo decirle!

Ingenuo, quise que la música actuara y envié a Florence varias canciones de las que me enviaba Neko. La chica solo se limitaba a darme gracias por mis “buenas intenciones”, pero nada más… “Para mí, solo hay penas, mi alma se apaga, la soledad es una como un lazo que aprieta mi garganta…. Mi voz es solo un sonido triste cuyo eco rebota en mi cabeza y en este espacio vacío que llamo hogar...” Tras varios intentos de dizque ayudarla, hubo un periodo de 2 o 3 semanas en las que no obtuve respuesta. Lo traté de entender y no dije nada, hasta el día en que su avatar cambió. La flor de loto dejó paso a una animación macabra: Era la de una persona, representada en palotes, que estaba sentada en un pupitre, agachada, con las manos en la cabeza... De pronto la persona empezaba a golpear su cabeza contra el tablero haciendo que ésta explotara en un mar de sangre que ‘salpicaba’ a la pantalla… Le mandé varios mensajes… archivos de música…. Me esmeraba escribiendo… ¡Nada!
Un día, simplemente su usuario desapareció y, después de unas semanas, lo mismo sucedido con el servicio de VEOH que no estuvo más ‘disponible’ en el Perú… ¡Qué impotencia! ¡Qué sentimiento más extraño, mezcla de desconcierto y de obligada resignación! No quería imaginar cosas, no tenía forma alguna de retomar el contacto, no sabía cómo encontrarla… Solo me quedaba hacerle caso a Pedrito Suárez-Vértiz y ‘cerrar el libro’.
Tres años después…
La historia se repite. La música, igual, no ha servido de mucha ayuda. Sólo ha fungido de salvavidas en medio de la borrasca… Esta vez fue “No Word”, esa que me fascina y la que para ti, mi amiga, ha sido un pequeño refugio de luz en tu camino… Igual que antes, ni la música, ni mis pobres palabras, han servido de algo… Poco a poco, te he visto alejarte y finalmente decir adiós, con tus mismas heridas y, lástima, ¡con tu misma carga!
De todas formas, para ti y para Florence, unas palabras más: Resistan, ¿sí? Con todo, el simple hecho de vivir es siempre una oportunidad.

Por si alguien desea más información sobre la banda, puede visitar:

http://12girlsband.blogspot.com/2008/10/12-girls-band.html

http://12girlsband.blogspot.com/2009/10/12-girls-band-videos-clasicos.html

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