Fue un golpecito débil en la palma de mi mano, un leve empujoncito en la barriguita de tu madre lo suficientemente intenso para conmoverme.
¡Está allí! -dije mirándola, mirándote. Ella bajó los ojos, pero solo por un instante. Enseguida los levantó, nos miramos y sonrió. Entonces, amorosa, cruzó sus brazos sobre su vientre y suspiró.
¡Estaba sucediendo!
Ella está cambiando, como cambias tú allí dentro. Yo, humilde intruso de este tiempo, de alguna forma también soy diferente; pero más ella; Pues ella, quien gesta la maravilla que eres tú, hoy siente con más fuerza ¡que te espera!
-Hoy-
No he visto a tu mamá. Pero, por mi parte, te regalo estas simples líneas; son para ti, por ella:
I
No lo crees,
pero estoy aquí.
No me ves,
pero yo te siento.
No me escuchas,
pero yo sí.
No, no, no
¡Sí, sí, sí!
II
El mar me trajo
en su misterioso vaivén
por eso esperas
que mi nombre llegue a tus pies.
La brisa me dice
con extraña y melodiosa voz
que muy pronto lo que deseas sucederá
me llamarás, me recibirás, me amarás.
III
A ti,
mami que me tienes,
mami que me intuyes,
mami que me quieres
Conserva tu corazón.
no lo dejes.
Y como estoy casi seguro que serás musical como tu mamá...
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